Libros






Vosotros, los libros,
hermosos libros que estáis descansando,
reposando en los viejos estantes,
en la solicitud de unas maderas teñidas de polvo,
a veces olvidados..
esperando las caricias de los dedos del lector.

Vosotros papeles escritos,

letras que brotan de los más hondos sentimientos del poeta,
libros que ansían tímidamente ser alzados de su cobijo,
para poder saciar, colmar el hambre
de ese espíritu que te necesita, que te busca.

Tú no tienes prisa,

te amparas en sus manos
y le cuentas tu historia.

Libros, huelen tus papeles a elemento,

a trigo, a madera,
y en tus antiguas páginas, a historia.

Libros matutinos, nocturnos,

llenos de relatos, de cuentos, de poesía,
¡cuántos momentos me regaláis, hoja tras hoja!

Algunas veces me pregunto






Algunas veces me pregunto si para todo el mundo es fácil decir “te quiero”.

Un “te quiero” de esos que salen del sentimiento, de valorar a la otra persona, de la propia emoción.
Un “te quiero” que necesita comunicarse, aunque sea una vez, para que el otro lo sepa y no lo olvide, para que lo sienta.

Un “te quiero” meditado, sentido, emocionado, real, valioso, cómplice, sincero.
No me sirve un “te quiero” falso, de esos que se dejan en cada esquina, por todo, por nada.
No querría un “te quiero” moneda de cambio de una emoción falsa, de un interés escondido.
Dos palabras: “te quiero”, pero sinceras, infinitas en su significado y su valor.

Y me doy cuenta de que la ausencia de ese “te quiero”, me duele más allá de lo que esperaba. Y aunque no espero escucharlo, me gustaría.

Dos palabras tan cortas, tan simples, pero tan importantes, que no conviene malgastar, que utilizadas en el momento justo, son un regalo hermoso que nunca se olvida.

¿Te vas?




Entras en la habitación con aire despreocupado
y tus pies descalzos.
Me miras, te espero, veo tu deseo en tus ojos,
en la mueca de tus labios.
Tiemblo, tiemblo de placer contenido,
no esperes más, llévame adonde tú sabes.
¿Por qué se me hace tan corto estar contigo?
Dime, ¿qué puedo hacer para que no te vayas de mí?

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Este  escrito,  no es mío, pero me ha gustado tanto, que lo he colgado aquí.

Dos extremos…
Dos manos aferrándose a la nada
Dos vértices…
Dos labios unidos sin metáforas
Dos caminos…
Dos cuerpos alimentándose de caricias
Dos límites…
Dos almas que se escuchan y calman
Dos metas…
Dos corazones con miedo a amar y callan
Una conclusión…
Una relación sin futuro ni esperanza...

Leer





Me gusta leer...
En el silencio de mi habitación, es cuando más disfruto mi libro, a esas horas de la noche que ya han callado los ruidos, y las sombras se alargan, se estiran y se desperezan por que son sus momentos, yo los cojo prestados como míos.


Alguien me dijo que... cuando yo leo a esas hora, en la cama, muchas veces me cae el libro a la cara, y las gafas vuelan para otro lado..

Inocente somnífero es el libro para mi, pero yo me resisto porque estoy inmersa en la lectura, disfrutado las letras y el argumento, hasta que ya no soy dueña de mi mente, el sueño invade mi control, se me cierran los ojos, las fuerzas se relajan y los relatos y yo entramos en un espacio juntos, para seguir soñando, ellas las letras en su estado natural, que es la fantasía, y yo en mi estado natural, que es soñar, como otras veces... cuando sueño despierta.

Hay cosas que escribo





Me hubiera gustado mucho saber escribir.
Sólo sé que me lo paso bien haciéndolo,
intentando explicar mis sentimientos.
Pido perdón si alguien lee lo que escribo
y ve que está mal redactado, o mal narrado.
Sólo sé hacer lo que hago,
que es explicar lo que siento,
sin saber literatura.

Hay cosas que escribo para no decirlas.
Hay cosas que siento que escritas me parten el alma.
Hay cosas que tengo guardadas dentro de mi tiempo,
regalos que dejas dormidos bajo mis almohadas
mientras duermo...

Merezco

Merezco un amor que me diga que me ama todos los días, que no le avergüence tomarme de la mano cuando vamos caminando por la c...