Vosotros, los libros,
hermosos libros que estáis descansando,
reposando en los viejos estantes,
en la solicitud de unas maderas teñidas de polvo,
a veces olvidados..
esperando las caricias de los dedos del lector.
Vosotros papeles escritos,
letras que brotan de los más hondos sentimientos del poeta,
libros que ansían tímidamente ser alzados de su cobijo,
para poder saciar, colmar el hambre
de ese espíritu que te necesita, que te busca.
Tú no tienes prisa,
te amparas en sus manos
y le cuentas tu historia.
Libros, huelen tus papeles a elemento,
a trigo, a madera,
y en tus antiguas páginas, a historia.
Libros matutinos, nocturnos,
llenos de relatos, de cuentos, de poesía,
¡cuántos momentos me regaláis, hoja tras hoja!
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